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lunes, 16 de abril de 2012

FÚTBOL: Enhorabuena Monforte C.F.

El domingo 15 de abril, afición y equipo tenían una cita con el ascenso en el Campo de Fútbol Municipal de Monforte del Cid. Durante la semana, los jugadores habían preparado el encuentro con intensidad, entrenando hasta en cuatro ocasiones, pero a última hora se había colado en “fiesta” una invitada inesperada, la amenazante lluvia. El viento y el frío acompañaban una tímida lluvia que parecía que en cualquier momento iba a romper en chaparrón, lo que habría deslucido un emocionante encuentro entre primer y segundo clasificado. La afición no llegaba al campo.
De repente, el sol desafió a todas las predicciones meteorológicas y salió para acompañar, ahora sí, a más de tres centenares de aficionados del Monforte C.F. que daban al Campo un aspecto especial, de partido grande.
Comenzó el partido y el Monforte presentó en el campo un equipo de gala, formado por Manel en la portería, laterales para Alberto Miralles y Montoya, centro de la defensa para Verdú e Iván Cortés; en el centro del campo Alberto “Pinosero”, Carlos Lara e Iván Moro; las bandas “Oñi” y “Vitu” y en punta Gaspar Requena. En el banquillo esperaban su oportunidad Rober, Estrosa, Castro, Rizo y Toni. El mister, Toni, en la grada por sanción, en el banquillo su segundo, Pascual Limiñana.
Enfrente estaba el Bacarot, el primer equipo que fue capaz de ganar a los monfortinos en esta liga, un conjunto bien ordenado y sobretodo muy fuerte físicamente.
Al Monforte le costo hacerse con el dominio del juego, quizás algo ansioso por saber que tenía tan cerca aquello por lo que había peleado toda la temporada. Apenas había ocasiones, el juego se trababa y mientras el Monforte intentaba hacer su juego y combinar, el Bacarot optaba por jugar en largo a su delantero centro y buscar segundas jugadas.
El tiempo transcurría y poco a poco el Monforte se iba adueñando del balón aunque sin crear demasiado peligro. Iván Moro y Alberto “El Pinosero” se hacían grandes en el centro el campo. Lara, siempre elegante, se asociaba bien con los jugadores de banda. El centro del campo ya era del Monforte pero las ocasiones no llegaban.

Así llegamos al minuto 44, falta en las inmediaciones del área del Bacarot, el Alberto Pomares saca en corto y la estrategia sale, Alberto Miralles Berná inaugura el marcador definiendo dentro del área. Explota el Campo. Los jugadores forman una piña y se abrazan en el suelo, el ascenso está más cerca.
Comienza la segunda mitad y el Bacarot sale a por todas, solo le vale la victoria, el Monforte sigue teniendo el balón pero no llega al área con facilidad. En el centro del campo, Iván Moro avisa de su fatiga y el banquillo se prepara para moverse. Antes de eso un par de buenas jugadas de ataque del Monforte no dan sus frutos. Castro ingresa en el terreno de juego y casi sin tiempo para que se meta en el partido, el Monforte recibe el gol del Bacarot que le empata el encuentro en su único disparo entre los tres palos del partido. El Campo enmudece. De repente llega el desconcierto, el Bacarot no crea peligro, pero el Monforte ha perdido parte de su juego. Alberto “El Pinosero” tiene problemas con sus gemelos, pero continua en el campo. “Vitu”, exhausto, deja su lugar a Toni. El Monforte poco a poco recupera el dominio del balón, Castro comienza a entrar en juego, a controlar con claridad y a mantener la posesión del balón. El público aprieta, se lanzan cohetes desde la calle.
El empate hace al Monforte virtual campeón, pero los monfortinos quieren el campeonato y ascenso matemático. “Oñi” cobra protagonismo en la banda derecha y Toni en la izquierda, poco a poco el Bacarot ha ido metiéndose en su campo y el Monforte busca el gol con más ganas que acierto. Entonces llegó el delirio. Castro controla en tres cuartos del campo, mete un balón raso que toca en un defensa y se eleva, el portero duda en su salida y ahí entra Gaspar Requena con fuerza para elevar al primer toque, con la espuela, el balón por encima del meta visitante. Se hace un silencio eterno mientras el balón baja y
¡Gol!, el segundo monfortino, minuto 88, el equipo se abraza en una piña, el publico grita “¡nos vamos a primera!”, el equipo está exhausto, ha tenido que jugar al límite para doblegar al conjunto más físico de la categoría. Pero aún quedan dos minutos y seis de descuento. Un jugador del Bacarot pierde los nervios y da una pata por detrás que le vale la roja directa. Tras eso, nada más, pita el árbitro y el Monforte consuma el ascenso y el campeonato de Liga, el público lo celebra. Se derrama la sidra y el champagne, se tiran cohetes. El Monforte estará en Primera Regional la temporada que viene 26 años después.





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